Hasta hace muy poco, los Estados Unidos y la República Popular Democrática de Corea estaban listos para matarse el uno al otro, amenazando con el uso de un arma nuclear. Esta semana el presidente estadounidense Donald Trump y el líder norcoreano Kim Jong Un celebraron negociaciones de paz en Vietnam por el desarme nuclear de la Península Coreana. Todos esperaban que las partes pudieran llegar a un acuerdo y alcanzaran resultados excelentes. Pero algo salió mal… Como resultado, los líderes de ambos países no pudieron ponerse de acuerdo y firmar un acuerdo. La falta de progresos en el desnuclearización de Corea del Norte no es sorprendente, porque esa tarea resulte imposible. Entonces, ¿qué esperaba Trump cuando organizaba su segunda reunión con Kim Jong Un?
Donald Trump cuenta durante dos años de cómo resolverá el problema con Corea. Y si en su primer año se basó más en la presión, en los últimos meses se ha puesto énfasis en la persuasión pacífica del líder norcoreano a través de su diplomacia personal. Trump necesita Corea del Norte para realizar dos objetivos: presionar a China y demostrar a los estadounidenses que sabe resolver los problemas mundiales, proteger los EE.UU. de las amenazas externas. Por lo tanto, Trump destaca siempre que si no fuera por él, los Estados Unidos ya habrían tenido una batalla con la RPDC. Así es Trump, un negociador y pacificador.
¡¿Quizás es todo por el premio Nobel de la Paz?! El presidente saliente lo tiene, pero Trump no. (El ex presidente de los EE.UU., Barack Obama, recibió el Premio Nobel de la Paz en 2009, el primer año de su presidencia, por sus “esfuerzos para fortalecer la diplomacia internacional y la cooperación entre los pueblos”. Además, se ha valorado el llamamiento que ha hecho el mandatario estadounidense a reducir el stock mundial de armas nucleares y trabajar por la paz, particularmente en Oriente Medio). Aunque Trump fue nominado para este Premio, casi nunca podía creer que se pudiera persuadir a Kim Jong Un para que abandone las armas nucleares. Trump está interesado en el proceso del desarme y en las relaciones públicas que lo acompañan, lo que le ayuda a alcanzar objetivos específicos: fortalecer su influencia política, crear su imagen de un presidente exitoso en los Estados Unidos y su reelección en 2020. No hizo con el fin de hacer que la RPDC rechazara de las armas nucleares. Además, Trump sabe perfectamente que Kim no amenaza a los Estados Unidos, y todo el “problema coreano” fue inventado.
Sin embargo, aunque Donald Trump se proclama un pacificador, cabe suponer que lo está haciendo en su propio interés y no comporta así con todos. Se puede resolver la crisis en Venezuela, acudir a la mesa de negociaciones con Nicolás Maduro, en lugar de amenazar cada vez del uso de la fuerza militar. Últimamente Washington aumenta la presión sobre Caracas. El 25 de febrero el vice presidente de los Estados Unidos Mike Pence declaró que introduciría en breve una nueva serie de sanciones contra la administración de Maduro.
Aquí podemos recordar la reciente batalla aérea en Kashmir, que fue organizada por India y Pakistán. Actualmente ambos países están en estado del comienzo de una guerra. Les recuerdo, que estos países poseen armas nucleares… Y todavía no hemos visto que los líderes de los países se sientan a la mesa de negociaciones, encabezada por el líder estadounidense.
Tal vez, la reunión de Donald Trump y Kim Jong Un y la solución del conflicto entre los EE.UU. y la República Popular Democrática de Corea se conviertan en los intentos del presidente estadounidense de fortalecer su influencia política en el mundo y de coronarse con los laureles de un pacificador. Y la falta del progreso en la última reunión también significa que habrá otros. Y cuanto más sean, y luego habrán más entrevistas y mensajes en Twitter, habrá más posibilidades de que el propietario actual de la Casa Blanca logre el mismo éxito que el propietario anterior. Trump es un hombre de negocios y no hará nada sin lograr el beneficio personal.
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Un beso es el arma secreto de Trump para desarmar a Juncker
La guerra entre los Estados Unidos y la UE ha terminado ya.
¿Quién se ha derrotado entonces…? Sin duda, todos los adversarios no podrían ganar esta guerra. No cabe duda, el único ganador es los EEUU.
Mientras tanto, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, expresó su satisfacción con los resultados de la reunión en Washington. El principal acuerdo con la Unión Europea para trabajar hacia cero aranceles y modificar la Organización Mundial del Comercio (OMC) es el momento culminante de las combinaciones de Trump.
La situación actual no es espontáneo. En realidad, Europa no es un adversario ni el socio de los EEUU. Puede decir, es un instrumento en las manos del presidente estadounidense. La real guerra comercial fue iniciada por los EEUU contra China.
Desde el principio, Donald Trump tenía 3 objetivos principales de su presidencia:
- A impulsar la economía estadounidense,
- A reducir déficit comercial nacional,
- A restringir el crecimiento económico y geopolítico chino.
Para cumplir todos sus objetivos ambiciosos, se desató la guerra comercial contra Pekín.
“Reducir déficit comercial nacional” es un objetivo fundamental en la campaña electoral de Trump. Les recuerdo que los EEUU tienen gran déficit comercial con China (según los datos en 2017 éste se elevó a cerca de $400 mil millones).
En la mente de D.Trump el proteccionismo es un remedio milagroso para la industria nacional. El jefe de la Casa Blanca está dispuesta a arriesgar las propriedades diplomáticas en beneficio de la economía nacional. Desde luego, los círculos industriales estadounidenses ampliamente apoyaron al presidente estadounidense, Donald Trump. El jefe de los EEUU impuso aranceles de 25% a importaciones chinas valoradas en 200,000 millones de dólares en productos como aluminio, acero, productos químicos y bienes de consumo. Hay que destacar que la administración de Donald Trump ha amenazado con una nueva ronda de aranceles. En respuesta a ello, China anuncia represalias contra aranceles impuestos por la administración de los EEUU que incluyen granos, soja, puerco, productos hortícolas, frutos, vino y etc. La estrategia china es atacar a la agricultura estadounidense.
Para neutralizar los intentos chinos de socavar la agricultura estadounidense, Donald Trump inventó un plan brillante.
En primer lugar, decidió aumentar los aranceles a las importaciones de la UE a las industrias europeas que dependen del mercado de los EEUU como un automóvil.
En segundo lugar, después de intimidar a los países de la UE, negoció con Jean-Claude Juncker e hizo un gesto de buena voluntad, promitiendo retirar los aranceles.
En tercer lugar, en cambio, Trump exigió a la UE que importara productos agrícolas estadounidenses en grandes cantidades. El acuerdo fue ventajoso para Alemania; pues, protegió los intereses de los fabricantes de automóviles: Audi, BMW, Ford-Werke GmbH, Mercedes-Benz, Volkswagen, etc.
Por otro lado, los términos del acuerdo podrán influir en pérdidas económicas de los principales productores agrícolas europeos. Todo esto llevue a los desacuerdos dentro de la UE.
Resulta, la Casa Blanca engañó una vez a Bruselas…¡¿y qué sigue después?!